Trova del Tepeyac
A mediados
de la década de los sesenta, el Colegio del Tepeyac dirigido por padres
de la orden benedictina decidió formar dos grupos musicales que representaran
al Colegio en eventos dentro y fuera de éste.
Para tal fin, Donald E. Spurrier, director de orquesta de su natal Oklahoma,
EUA, fue llamado para fundar y dirigir, primero la Banda del Tepeyac y posteriormente
la Estudiantina del Tepeyac, ambas integradas exclusivamente por alumnos de
la institución.
La Banda interpretaba además de marchas de autores americanos, obras
de música culta, mientras que la Estudiantina ejecutaba piezas de la
tradición española y popular mexicana.
Con el tiempo y debido al éxito obtenido, se lograron grabar dos discos
de larga duración. El primero, un concierto de la Banda conformado por
8 piezas, sobresaliendo la ejecución de la 5ta. Sinfonía Beethoven,
la Sinfonía Inconclusa de Schubert, la Marcha Eslava de Tchaikovsky y
una Cantata de J.S. Bach; y el segundo LP, presentado por ambos grupos e integrado
por 10 melodías.
Con el paso del tiempo, el mencionado Maestro Spurrier se separó la nuestra
institución. Este fue el momento y la oportunidad para que el Profesor
Manuel Rosillo Segura tomara la batuta de los dos grupos, pero no como entidades
separadas, sino fusionándolos en uno sólo, con características
propias y rasgos tradicionales, el jorongo, y es así como el 12 de febrero
de 1972 nace y se perfila como un grupo único en su tipo la Trova del
Colegio Tepeyac.
Con el nombre de TROVA (del francés trouvére, el que encuentra)
se pretende un resurgimiento de los valores e ideales de los antiguos trovadores
medievales, tanto en la música como en su espíritu.
Con un uniforme compuesto por un jorongo y un corbatín, recordando nuestro
folklore mexicano, en colores blanco y negro, por ser los colores de etiqueta.
El grupo comienza por interpretar canciones de corte latinoamericano, destacando
la música mexicana. Posteriormente, incursiona en la comedia musical
norteamericana e inglesa, pasando por la zarzuela. Para el inicio de los ochenta,
en su repertorio abundan las obras cultas de compositores universales.
A través de los años, dicha labor queda patente en 5 discos de
larga duración, grabados en 1975, 1977, un disco doble en 1979 y otro
en 1985.
Durante 15 años, casi 1000 trovadores se presentan cerca de 700 ocasiones
en colegios y universidades de la capital, así como en asociaciones filantrópicas,
asilos, orfanatorios y reclusorios. Realizan giras musicales a Guanajuato (1977),
Querétaro (1983), Zacatecas (1985) y allende nuestras fronteras a Houston,
EUA (1987), celebrando su XV aniversario. Las salas de concierto les abren sus
puertas a estos incansables trovadores y así tenemos memorables presentaciones
en el Palacio de Bellas Artes, el Polyforum Cultural Siqueiros, la Pinacoteca
Virreinal de San Diego, el Conservatorio Nacional de Música, la Escuela
Nacional de Música y el Teatro Juárez de Guanajuato. Por si esto
fuera poco, su arte se difunde en programas de televisión en los canales
2, 4 y 11 de México y 6 de Guadalajara.
En 1987 la Trova se transforma, pues sale su ya célebre director, el maestro Rosillo. Seguidamente se dio un período de transición y experimentación, al final del cual en 1989 toma el mando su actual director y miembro desde 1977 Antonio Barberena. Con él llega una revitalización del grupo, reafirmando sus raíces pero introduciendo nuevas ideas tanto armónicas como tímbricas. Así, además de las decenas de presentaciones en la Capital, se realizan giras a Guadalajara (1990), San Miguel Allende (1991), Guanajuato (1992), Morelia (1995) y San Juan de los Lagos (2001). Se presentó durante tres años seguidos en la Sala Netzahualcóyotl y se grabaron dos discos compactos en 1997 y 2001. En 1995 obtienen el primer premio en el concurso de himnos a la virgen de Guadalupe, organizado por el Arzobispado de la Ciudad de México, y fueron premiados para actuar durante la transmisión por Televisión Azteca en las célebres Mañanitas a la Virgen.
Colegio del Tepeyac, 2003.