Antonio
Barberena
y el acordeón
La historia comenzó en 1973.
Por entonces ya sentía el llamado por la música aunque no encontraba
el vehículo para expresarla.
Conoció en casa los sonidos del acordeón, en interpretaciones
de su padre y su tío, cuando tocaban antiguos sones españoles.
Pero cuando escuchaba los grandes compositores universales sabía que
esa música quería interpretar.
Y de ahí la idea, la pregunta fundamental: ¿por qué no
tocar música clásica... en acordeón?
Son casi 40 años que lleva recorriendo México y el mundo tratando
de contestar esa añeja duda, que ya no lo es para él sino para
el amplio público que llena sus conciertos con una misma curiosidad:
¿cómo suena la música clásica en acordeón?
De Vivaldi
a Piazzolla.
De un son oaxaqueño a Bach.
Del tango al danzón.
Del siglo XVI al siglo XXI.
De la Sierra Norte de Puebla a Bellas Artes.
Mucha música y un sólo instrumento: el acordeón.
El camino es largo.
Aún hay lugares y auditorios donde no conciben cómo un sólo
instrumento de viento ofrezca tal riqueza y gama de sonidos.
No importa, hay mucho tiempo, queda mucha energía.
Mientras haya todavía un público que mantenga intacta su capacidad
de asombro y quiera seguir descubriendo sonidos, texturas, sabores y respirar
nuevos aires, siempre habrá un lugar para el acordeón.