Los coros del Centro Vasco de México
Aunque desde sus inicios el Centro Vasco contó con estupendos cantantes,
es hasta los años 30 cuando el Capi Ordorika formó un sensacional
coro que duró más de 10 años.
Luego por ahí de 1948 el Sr. Aristondo tomó las riendas por otros
3 ó 4 años más.
Por ahí de 1952, el Padre Aguirre, gran músico, se hizo cargo
del coro y hasta mandó traer su armonio desde Euskadi (País Vasco).
En 1957 nuestro gran amigo Mikel Azpiri los dirigió por un par de años
más, hasta que aproximadamente en 1964 tomó la estafeta Txomin
Arrasate, formando un coro que fue de lo más aplaudido a nivel nacional,
ya que actuó hasta en Bellas Artes.
En 1966 Jacinto Lasa trasladó el coro a la sociedad gastronómica
Gaztelupe y ahí, después de los ensayos, ofrecía fastuosas
cenas.
Tiempo después volvieron los ensayos al Centro Vasco bajo la dirección
de Txomin Arrasate, Víctor Gracia y Juancho Viguria (quien ha dirigido
coros para más de un evento).
En los 70s, ya ubicados en Polanco, comenzaron los coros infantiles. El primer
valiente que nos enseñó pacientemente fue Paul Aizpurúa
y por ahí del 78 Begoña Cortina, quien vino desde Bilbao.
Para esto, en el 77, Juan Carlos Aldecoa y Bosco Bizcargüenaga formaron
un cuarteto de música vasca contemporánea llamado "Gure Taldea".
Poco después, durante su corta pero productiva estancia en México,
Ion Arrieta digirió el coro infantil-juvenil para actuar en la fiesta
de Olentzero, junto con Julen Ruiz de Azua al acordeón.
Y para el campeonato de Mus de 1981, Esperanza de Iñarritu formó
también un coro de lo más variado en cuanto a participantes y
con un repertorio internacional bárbaro.
En 1992, para recibir al entonces Lehendakari Ardanza, Antonio Barberena formó
un muy buen coro que fue la pauta para el que se originaría en 1996,
a petición de Modesto Lasa quien era entonces Presidente.
De 1996 a 2003, Toño logró formar no sólo un coro que actuó
tanto en escenarios de esta ciudad como en varios estados de la República
Mexicana, sino una verdadera familia que se reunía felizmente una vez
a la semana a cantar y a convivir animadamente después de los ensayos
(¡merendando exquisito!).
De esta manera quiero agradecer de todo corazón y a nombre de todos los
que hemos estado involucrados en esta parte de la cultura del Centro Vasco,
a aquellos formadores quienes entregaron gran parte de su tiempo, entusiasmo
y cariño desinteresado en esta bellísima labor de dirigir grupos
corales. Todas las palabras se quedarán cortas y no alcanzarán
a expresar nuestro sentir. ¡Un millón de gracias a los fabulosos
directores que siguen entre nosotros y a quienes nos miran desde muy cerca!
Miren Aguirre / Jon de Luisa
Miren Aguirre Lesaca, presidenta del Centro Vasco de México 2004-2005